Drive.
No sleep
No food.
Focus.
Mind in your eyes
Soul in your hands.
No breath and a fate encounter with resposabilities.
Roll.
No sleepy heads in a comfy shoulder
No pleasure:
Work.
lunes, 30 de noviembre de 2009
martes, 17 de noviembre de 2009
Never create superficial work. Pour your blood into the ink.
Never chase popularity wich is as transient as a flower.
Dig deep in the earth and
put
down
roots.
No matter how much status you achieve., you must never have redgrets. If the choice is between peace and the storm, choose the storm.
If you should fail, never cry. Study your failure and let it give birth to success.
Even you you obey the previous rules, never think you alone are right. Learn from anything and anyone around you.
Never chase popularity wich is as transient as a flower.
Dig deep in the earth and
put
down
roots.
No matter how much status you achieve., you must never have redgrets. If the choice is between peace and the storm, choose the storm.
If you should fail, never cry. Study your failure and let it give birth to success.
Even you you obey the previous rules, never think you alone are right. Learn from anything and anyone around you.
domingo, 8 de noviembre de 2009
No se si mucha gente va a entender la historia de abajo. Porque fue hecha en un marco de escolaridad asquerosa, entonces un par de referencias probablemente resbalen a aquellos que no sepan de guapos y de tangos. Cuento separado en cuento y cancion.
Pero al mal tiempo buena cara.
Premio al que capte la otra capa de historia.
Pero al mal tiempo buena cara.
Premio al que capte la otra capa de historia.
Nº 1 //cancion
No era un hombre el que entro en la ciudad.
Capaz que se le veía en los ojos con nubes.
Capaz que se le veía en el filo que llevaba en la zurda.
Capaz porque pateaba en la lluvia como si tal cosa.
No se.
Capaz.
Venia caminando como dormido, desde afuera.
Venia desde el arroyo de atrás de la finca.
Venia por el camino largo.
Venia porque no iba a volver.
Y entro con la luna.
Entro pateando en Capital desteñida.
Entro sin ver, y todavía le quemaba el fuego.
Entro e iba dejando cosas atrás.
Pensaba como una tormenta. Como el mar.
Pensaba en la estancia, en los perros, en la gente.
En las cenizas, en el color rojo, en velocidad, en vísceras.
Ruido, frío y fuego.
Capaz que se le veía en los ojos con nubes.
Capaz que se le veía en el filo que llevaba en la zurda.
Capaz porque pateaba en la lluvia como si tal cosa.
No se.
Capaz.
Venia caminando como dormido, desde afuera.
Venia desde el arroyo de atrás de la finca.
Venia por el camino largo.
Venia porque no iba a volver.
Y entro con la luna.
Entro pateando en Capital desteñida.
Entro sin ver, y todavía le quemaba el fuego.
Entro e iba dejando cosas atrás.
Pensaba como una tormenta. Como el mar.
Pensaba en la estancia, en los perros, en la gente.
En las cenizas, en el color rojo, en velocidad, en vísceras.
Ruido, frío y fuego.
Nº 2 //cuento
Dicen los que lo vieron, porque yo no lo vi, que entro en la Esquina Rosada porque si, porque cualquier lugar le daba igual. Dicen los que lo vieron que entro caminando chueco, con la cara quemada, con la ropa destruida y un facón que nadie quiso ver en la izquierda. Que se tiro en un banco cualquiera. Que pidió grapa. Que tenía dedos de dragón.
Yo ya estaba viejo entonces para mambos. Estaba deprimido. Estaba sentado atrás de la banda, tomando no se que veneno…No se cuantos venenos. Pocas almas con resaca quedaban en el bar.
Todos ya estábamos viejos. Todos estaban un poquito mas descoloridos de lo que querían admitir. Los tangos no eran lo que eran. Ni los bailes ni los bailantes eran tan lujuriosos. Las paredes grises, que habían sido rosadas (porque habían sido escarlatas) contribuían a la fatiga. Y la banda era gris también, desde la muerte del mulato ciego del violín.
Un ciego mas en la historia y ya somos cuatro, Luis.
Y resulta que salto alguno, borracho seguramente. Se levanto y le grito algo al extranjero acerca de la facha. El otro mastico una respuesta nadie escucho, pero que no importaba. Todos sabíamos en que iba a terminar la cosa.
El borracho amago a tirar un sablazo y ya estaba en el piso. Ahí me di vuelta y lo vi por primera vez. El extranjero estaba levantado y tenia sangre en el facón. Tenia ropa que capas hubieran sido un orgullo. Antes. En otro tiempo.
Tenía algo de caído en los ojos. Tenía algo de perdido. Algo de Pájaro Rojo, pero creo que nadie mas se dio cuenta.
Otro mas, y no cualquiera, se levantó para morir. Viejo como todos. Le dijo algo del orgullo y de “Y a ver quien es mas guapo”.
Estaba muerto cuando abrí los ojos.
Años después reflexioné que detrás de la curda, conocía su destino y lo elegía sin miedos.
Y ansi nomas. Triste como suena y sin previo aviso, se acabo todo. Por uno que fue mas, uno que no era como nosotros. Uno que tenia lengua de serpiente y que pisaba sobre el polvo, que sangraba de muerte a Augusto Torralba “El Portón”: Honra del barrio, y ultimo guapo de los tiempos.
Yo ya estaba viejo entonces para mambos. Estaba deprimido. Estaba sentado atrás de la banda, tomando no se que veneno…No se cuantos venenos. Pocas almas con resaca quedaban en el bar.
Todos ya estábamos viejos. Todos estaban un poquito mas descoloridos de lo que querían admitir. Los tangos no eran lo que eran. Ni los bailes ni los bailantes eran tan lujuriosos. Las paredes grises, que habían sido rosadas (porque habían sido escarlatas) contribuían a la fatiga. Y la banda era gris también, desde la muerte del mulato ciego del violín.
Un ciego mas en la historia y ya somos cuatro, Luis.
Y resulta que salto alguno, borracho seguramente. Se levanto y le grito algo al extranjero acerca de la facha. El otro mastico una respuesta nadie escucho, pero que no importaba. Todos sabíamos en que iba a terminar la cosa.
El borracho amago a tirar un sablazo y ya estaba en el piso. Ahí me di vuelta y lo vi por primera vez. El extranjero estaba levantado y tenia sangre en el facón. Tenia ropa que capas hubieran sido un orgullo. Antes. En otro tiempo.
Tenía algo de caído en los ojos. Tenía algo de perdido. Algo de Pájaro Rojo, pero creo que nadie mas se dio cuenta.
Otro mas, y no cualquiera, se levantó para morir. Viejo como todos. Le dijo algo del orgullo y de “Y a ver quien es mas guapo”.
Estaba muerto cuando abrí los ojos.
Años después reflexioné que detrás de la curda, conocía su destino y lo elegía sin miedos.
Y ansi nomas. Triste como suena y sin previo aviso, se acabo todo. Por uno que fue mas, uno que no era como nosotros. Uno que tenia lengua de serpiente y que pisaba sobre el polvo, que sangraba de muerte a Augusto Torralba “El Portón”: Honra del barrio, y ultimo guapo de los tiempos.
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