lunes, 2 de marzo de 2009

escrituras // awakening

Esta no es la historia de lo que me parecieron los cuentos... no es la historia de la depresión negra que me agarro al leer "las Ruinas Circulares"... la historia de la euforia de color de lluvia del "Aleph"..de las deliciosas incertidumbres de los "Avatares de la tortuga". Es para contar otra historia.

...historia que ya le conté a Federico, historia de mis últimos días de vacaciones:

Pasaba mucho tiempo al pedo...finalmente, la falta de una actividad (y las consecuentes quejas maternas), me llevaron de vuelta a los libros.

Decidí que los épicos serian mi lectura ~esos nombres que no podes morir sin saborear en algún momento.

Para este fin, un protocolo de biblioteca, repetido hasta el aburrimiento, fue llevado adelante, una vez mas:
-Estaba buscando algo de Borges...puede ser?
-Si, en las maquinas...busca por autor...

Me acuerdo que tenia la pieza para mi solo (por algún motivo Genarito nunca se mudo conmigo, al final), así que junte las dos camas abajo del ventilador, y me tire, en bolas, a leer.

Se definió una rutina: llegaba mi vieja de la escuela, y, pese al terror de lo pasado en tardes pasadas, caía, de vuelta, en mi cama (en MIS camas), con el ventilador al mínimo, a leer.

Contraindicación.

La yuxtaposicion del calor agobiante ~ese calor húmedo, que sentís en la garganta, lo hipnótico del ventilador, el olor a acaros muertos de los 3 -incompletos- tomos de un Diccionario Enciclopédico del Habla Española milenario, la falta de sueño, mi propio, intimo estado mental, y Borges (Jorge Luis, querido, cantándome al oído en español críptico), me ponían, todos los días, de cinco a siete, en un estado de pseudo-narcolepsia; en ese estado medio dormido, medio despierto (ustedes saben de que hablo), en que el cuerpo esta dormido, pero aun no subyugado totalmente por el subconsciente aleatorio. A ver si me explico: "soñaba" "despierto", vivía en carne propia las historias leídas. Buscándole los bordes a una circunferencia omnipresente. Rezándole a dioses que eran a la vez un tigre, un potro, un toro, una rosa y una tempestad. Vivía horas en pampas irreales. Incesantemente redescubriendo los estadíos de la memoria, un Irieneo Funes idiota. Llorándole a amores que no eran mios...y a amores que si son mios también, bah.

Cayendo, indeciso, en la linea entre la linea el ónar y el mundo de los axiomas.
Persiguiendo a un zorro por un laberinto lineal.
Para escapar definitivamente, simplemente proponiéndome..."Y porque no...despertar?"

(despertar húmedo, con los ojos llenos de lagañas, ambas manos entumecidas, la almohada pegada a la espalda...y un sol apaciguado, cayendo rosa y gris al oeste.)







Dedicado a mi ~redescubierto
Federico Tohme

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me pareció bastante bueno el cuento, no me acordaba que escribías tan bien. Creo que lo último que leí tuyo fue 'Shinigami', te acordas?

Me pregunto que es lo del "redescubierto Federico Tohmé" o.O

Saludos!

ILYENA dijo...

adorado Manuel, viajando por las vías somníferas de la lectura.
Argh, yo quería juntarme con vos en las vacaciones, ahora es tan al pedo porque en una semana nos vamos a ver. Como te odio.

Anónimo dijo...

Ay, me lo dedicaste a mi!
Me mojo todo (??????)

ILYENA dijo...

menos onda que un renglón vos ayer eh? re lindo lo tuyo ¬¬